Argüello. Enrique
              [974]

 
   
 

    

      "Kiko" Argüello nació en 1939 en  León. Fue iniciador y promotor de las Comunidades Neocatecumenales en 1964 y de estilos catequísticos que suelen llevar popularmente su nombre.
   Desde joven se entregó al mundo del arte, de manera especial la pintura, haciendo estudios de Bellas Artes.
   En 1960, en Palomeras Altas, se inició en el apostolado asistencial con los mar­ginados. Allí conoció a la animadora y compañera del movimiento, Carmen Hernández, con la que inició su plan de servicios apostólicos.
   Se unieron algunos seguidores y co­menzaron a vivir en comunidad de for­ma austera y con especial orientación a la ayuda a las parroquias de la zona.
   En  1964 los párrocos de S. Frontis, de Zamora, y de Cristo Rey, de Madrid, apoyaron al grupo, que pronto fue au­mentando en número y en vínculos internos, gracias sobre todo a su dedicación a los marginados.
    En 1968 los animadores llegaron a Roma, llamados por el sacer­dote Dino Torregiani, fundador de los Siervos de la Iglesia. Vivieron con los pobres del Borghetto Latino.
   Con el especial aliento del Carde­nal dell´Acqua y de Mns. Ugo Polleti, luego Cardenal Vicario de la Ciudad, exten­dieron sus métodos peculiares de cate­quesis en diversas parroquias romanas.
   En 1972 Mons. Albino Luciani, Patriar­ca de Vene­cia y futuro Papa Juan Pablo I, acogió en sus Diócesis las comunidades neocatecumenales y puso a su disposi­ción la Iglesia de Sto. Tomás.
   El movi­miento se consolidó a partir de entonces. En 1974, el 8 de Mayo, el estilo y el grupo neocatecumenal recibió la primera alabanza pública de Pablo VI y en 1977, el 12 de Enero, el mismo Papa ha­bló de "El Ca­mino" en la audiencia gene­ral, ante más de 500 párrocos y 17 Obispos que apoyaban las comunidades y sus catequesis parroquiales.
   Juan Pablo II alentó el movimiento desde los primeros tiempos de su elec­ción. En 1980 visitó la Parroquia de los Canadienses, donde tiene la Obra su centro de animación. El Cardenal Rat­zinger terminó reconociendo su valor espiritual y apostólico. Juan Pablo II encar­gó a Mons. Paul Josef Cordes el seguimiento "ad personam", de todo el Movimiento en el mundo entero.
   En 1990, el 30 de Agos­to, Juan Pablo II publicó la Carta en que declaraba modélico el "Camino neocatecumenal". El 1 de Octubre de ese año se erigió ya canónicamente el Se­minario "Redemptoris Mater" de Roma, con Decreto del Cardenal Poletti. En 1994 los seminarios inspirados por el grupo, ya ampliamente internacio­nal, eran 20: 8 en Euro­pa, 6 en América, 3 en Asia y Australia.
   En 1999 inició el Cen­tro Internacional "Domus Galileae", en Israel, junto a Corozaim, el cual se inauguró el año 2000. El movimiento inició el siglo XXI con riesgos crecientes de cierto aisla­miento inspirado en su originalidad y con alguna autocomplacencia selectiva de su espiritualidad y de su línea catequística sin duda original.
   Algunos de los Escritos del promotor Argüello, como "La Comunidad neoca­te­cumenal", "Acuerdos de los párrocos de las Comunidades neocatecumenales ante el Sínodo de la Catequesis", "Breve Relación sobre el Camino neocatecume­nal", "Catequesis bautismales y reconci­liación en los Padres del siglo IV", "La Virgen María y el camino neocatecume­nal", "El Camino neocatecumenal para vivir en plenitud el propio Bautismo", entre otros, son indicio de un estilo diná­mico y cautivador, que es lo que explica el eco que ha tenido en la Iglesia.